La logística integral forma parte de la organización básica de todo negocio, imprescindible para aumentar la productividad, la eficiencia, disminuir los inventarios y desarrollar sistemas de información eficaces, lo que llevará a aumentar la competitividad dentro de nuestro sector, mejorar la rentabilidad, optimizar la gestión comercial, coordinar cada uno de los departamentos de nuestra empresa y ser eficientes con nuestro servicio al cliente.
Según la naturaleza de las empresas, estas requerirán de un servicio u otro. No es lo mismo la logística de una empresa de muebles que la de una empresa de autobuses internacionales.
Así, por ejemplo, un comercio necesitará de uno o varios almacenes donde organizar y guardar la mercancía, y así proveer desde aquí a diferentes lugares. La flota de distribución deberá ajustarse al tamaño de los pedidos, y el equipamiento tecnológico debe servir para controlar la mercancía a través de la red, gracias a los software de gestión de empresa.
Además de tener los medios, es necesaria la elaboración de un plan logístico, para visualizar los logros y prever los fracasos (que generalmente suelen ir asociados a esta falta de previsión). Además, hay que contar con el tiempo necesario que requiere la planificación. Esta debe contener los objetivos, la organización, las previsiones, las condiciones bajo las cuales se desarrollarán las actividades, la indicación de las tareas, la anticipación de los problemas y la coordinación entre departamentos.
La previsión logística incluye la propia distribución, los materiales y las personas implicados en el proceso, la planificación anteriormente mencionada y cada uno de los aspectos particulares incluidos en la actividad: almacén, recepción de suministros, compra, transporte (externo, interno, interempresa), distribución, tratamiento de los pedidos, reciclaje y desechos, producción, comunicación, control de calidad, mantenimiento y ventas.
La coordinación logística no comprende tanto la realización de todas estas actividades como la planificación de todas ellas, que garanticen así el buen funcionamiento de las empresas a través de los esquemas establecidos, que facilitan un buen rendimiento y servicio al cliente.
Es importante la adquisición de planteamientos flexibles para adaptarse lo más posible a la realidad, que es un medio cambiante, buscando siempre soluciones ágiles y eficaces, adoptando una filosofía de negocio participa y colaborativa, en plena interacción.
Una impresa siempre puede contar, si lo desea, con agentes de contratación externos, a través de la subcontratación, que se encarguen del sistema logístico, por motivos de experiencia y especialización.
La planificación es una labor intelectual que requiera anticiparse a los hechos a través del análisis de las posibles variables, establecer la manera de afrontar los imprevistos y elaborar un esquema de consecuencias y acciones a llevar a cabo.
El desarrollo de un sistema logístico pretende optimizar la disminución de los costes.
Visto todo esto, podemos establecer fácilmente que un sistema logístico, entendido en un sentido amplio, es la columna vertebral de todo negocio.