El poder del marketing sensorial en joyerías online

¿Te ha pasado alguna vez que entras a una tienda online de joyas y, sin saber por qué, te quedas mirando más tiempo del que esperabas? Vas de una pieza a otra, haces zoom, comparas modelos, imaginas cómo te quedaría un anillo o un collar… y cuando te das cuenta, llevas media hora ahí. A mí me pasa más de lo que me gustaría admitir, y siempre me he preguntado por qué. ¿Qué tiene una web, que ni siquiera puedes tocar nada, que consigue atraparte así?

Me dio curiosidad, la verdad. No trabajo en marketing ni tengo una joyería, pero me gusta observar cómo funcionan las cosas. Y lo que descubrí me pareció muy interesante: existe algo que se llama marketing sensorial, que normalmente se asocia con tiendas físicas, pero que también se usa —y mucho— en tiendas online.

Y sí, también en joyerías digitales.

 

¿Qué es eso del marketing sensorial?

Voy a explicarlo fácil, como me lo explicaron a mí: el marketing sensorial es todo lo que una marca hace para estimular nuestros sentidos con el objetivo de que conectemos con un producto o servicio. Es decir, que algo nos guste más porque lo vemos, oímos, olemos, tocamos o sentimos de una forma que nos agrada o nos genera alguna emoción.

Por ejemplo: en una joyería física, las luces están puestas para que las joyas brillen más, la música es suave, hay buen olor, todo está limpio, bien iluminado, los muebles son de diseño elegante… Todo eso no es casualidad, está pensado para hacerte sentir cómodo y conectado con el ambiente, con las piezas, con la experiencia.

Pero claro, ¿Cómo se hace eso en internet, donde no puedes tocar ni oler nada? Pues ahí es donde entra lo interesante: también se puede aplicar online, aunque de otra manera.

 

¿Cómo se activa el sentido de la vista en una joyería online?

Este es el más obvio. En internet, todo entra por los ojos. Y en el caso de las joyas, aún más. Yo no soy experta en nada de esto, pero cuando comparo una web de joyas que me gusta con una que me da pereza cerrar, veo diferencias muy claras.

  • Las fotos: Serrano Joyeros es una joyería online con gran experiencia en ventas por internet, y nos explican que las buenas tiendas online no ponen solo una foto, muestran la joya desde todos los ángulos, hacen zoom, la enseñan puesta en alguien (muy importante esto), y además cuidan los colores, la luz, los fondos.
  • El diseño de la web: parece una tontería, pero cuando una página es visualmente bonita, con tipografías claras, sin elementos molestos, todo bien ordenado… te da ganas de quedarte. Es como si fuera una joyería real, pero digital.
  • Los vídeos: muchas tiendas ahora ponen vídeos donde mueven la joya, y puedes ver cómo brilla o cómo se ve al llevarla puesta. Me parece súper útil y mucho más cercano que una imagen estática.

 

¿Y el tacto, si no puedes tocar?

Aquí es donde más me sorprendí. No puedes tocar una joya online, pero si te lo describen bien, puedes imaginar cómo se siente. Las buenas tiendas lo hacen así:

  • En las descripciones no solo ponen el peso y los materiales. También dicen si la joya es ligera, si tiene textura, si el acabado es pulido o rugoso, si es rígida o más flexible…
  • A veces comparan: “pesa como una moneda”, “el grosor es parecido al de un bolígrafo”, cosas así. Y aunque parezca un detalle pequeño, ayuda mucho a hacerse una idea más realista.

Además, algunas webs te dan medidas claras (en milímetros) o tienen una guía visual con ejemplos de tamaños, especialmente útil con pendientes y collares.

 

¿Y el oído?

Aunque parezca imposible, sí que hay marcas que usan el sonido de forma inteligente en internet. A mí personalmente me encantan los vídeos cortos con música suave, que muestran cómo se luce una joya en movimiento. Es un tipo de contenido que genera ambiente, aunque sea solo de fondo.

También he visto alguna tienda que añade audios cortos donde explican la historia detrás de una pieza, o de qué está hecha. No es algo que todas hagan, pero me parece un buen toque. No es lo mismo leer una descripción que escuchar a alguien contándola.

 

¿Oler y saborear? Sí, aunque sea en el pedido

Vale, estos dos sentidos son los más complicados de trabajar online, y al principio me costó saber cómo encajarlos en una joyería. Pero, aunque no se activen durante la navegación, algunas tiendas hacen cosas que los implican una vez recibes el pedido. Por ejemplo:

  • El packaging viene con un aroma sutil, no fuerte, pero que deja sensación de cuidado y elegancia.
  • Algunas, incluyen detalles como un pequeño dulce, una bolsita de té, o una nota escrita a mano.
  • El envoltorio es suave, bien presentado, y casi siempre reutilizable (esto me encanta).

Todo eso no tiene que ver con la joya en sí, pero sí con la experiencia. Porque al final, cuando compras una joya, no solo estás comprando un objeto: estás comprando un regalo, una ilusión, un detalle especial.

Y si la experiencia al abrir el paquete te hace sonreír, ya ganaron.

 

La experiencia completa también es sensorial

Después de investigar todo esto (y de hacer más compras de las que debería), me di cuenta de que lo que más valoramos no es solo el producto, es cómo nos sentimos durante el proceso. Desde que entramos en la web hasta que abrimos el paquete en casa.

Hay joyerías online que parecen impersonales, como un catálogo frío. Y hay otras que logran transmitir calidez, estilo, atención al detalle… todo sin hablarte. Solo con imágenes, colores, movimiento, y un diseño pensado.

Eso también es marketing sensorial, y lo hacen muy bien.

 

¿Por qué algunas tiendas online de joyas nos hacen confiar y otras no?

Esto fue otra de las cosas que más me llamó la atención mientras investigaba y comparaba tiendas online de joyas. Hay webs que, desde el primer momento, te transmiten confianza, y otras que, aunque tengan productos bonitos, simplemente no te convencen. Y eso no tiene tanto que ver con el precio o el diseño, sino con la sensación general que te dan.

Muchas veces esa sensación nace de pequeños detalles. Por ejemplo, que haya fotos reales de las joyas puestas en personas, no solo imágenes de catálogo. O que te digan quién está detrás de la marca, que muestren sus procesos, que expliquen qué materiales usan… Todo eso te da seguridad, aunque no lo pienses conscientemente.

También influye mucho la atención al cliente. Cuando una web te contesta rápido, de forma clara y cercana, te da tranquilidad. Incluso aunque no compres en ese momento, te deja buena impresión. En cambio, si no responden, o si parece que estás hablando con un robot, pierdes la confianza al instante.

Otro punto clave es el contenido extra que ofrecen. Las tiendas que tienen blogs, guías de compra o historias reales de clientas suelen parecer más humanas. No es solo vender, es acompañar. Y eso, al menos en mi caso, marca la diferencia.

Al final, una tienda online de joyas que cuida todos estos aspectos no solo quiere venderte algo bonito. Quiere que tengas una experiencia completa, y eso —aunque suene exagerado— se nota. Porque cuando confías, compras con más seguridad, y hasta te dan ganas de volver.

 

Algunas ideas que vi y me parecieron brillantes

No quiero terminar sin compartir algunas cosas que me encontré en joyerías online y que me parecieron muy buenas ideas:

  • Guías visuales de tamaño: dibujos o fotos comparando collares, pendientes o anillos con objetos comunes. Súper práctico.
  • Prueba virtual: algunas webs te permiten subir una foto y “probarte” joyas. No siempre funciona perfecto, pero es divertido y útil.
  • Atención al cliente humana: cuando escribes por chat o WhatsApp y te responde una persona, no un bot, la experiencia cambia por completo.
  • Blog o historias reales: hay webs que publican artículos sobre cómo elegir un anillo, qué regalar en un aniversario, o incluso comparten historias de clientas. Esto genera cercanía.
  • Envíos personalizados: detalles como incluir tu nombre en una nota, envolver con mimo, añadir un extra inesperado… todo suma.
  • Fotos de clientas reales: ver cómo lucen las joyas en personas normales, con diferentes estilos y tonos de piel, es muy útil. Además, genera confianza y muestra que hay una comunidad real alrededor de la marca.

 

Se puede sentir sin tocar

Yo antes pensaba que comprar joyas online era menos especial que hacerlo en una tienda física. Pero ahora, después de haber explorado tantas webs, me doy cuenta de que la emoción también se puede transmitir desde una pantalla. Solo hay que saber cómo hacerlo.

Detrás de una web bien hecha hay muchas decisiones pensadas para hacernos sentir algo. No solo para que compremos, sino para que disfrutemos el proceso.

Así que la próxima vez que entres en una tienda online de joyas y sientas que algo te atrapa… ya sabes: no es solo lo que ves. Es lo que sientes, aunque no te des cuenta.

Y eso, sinceramente, me parece fascinante.

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