La historia del marketing es bastante interesante, ya que la técnica de vender se ha perfeccionado desde que el hombre empezó a comerciar el exceso de cosecha que obtenía. Cada cierto tiempo el marketing se reinventaba y hemos llegado a un punto en el que esta disciplina es vital en nuestra vida diaria.
Ya sea por un motivo o por el otro dependemos del marketing para publicitarnos a nivel personal o profesional. Y incluso para reproducirnos necesitamos el marketing, pues saber vendernos a uno mismo es la clave para que los demás sepan tus cualidades, al igual que hacen las empresas con los productos y servicios.
Tras tantos años de marketing, hemos llegado a un punto en el que ni nos damos cuenta de lo acostumbrados que estamos a la publicidad. A no ser claro que te dediques al sector del marketing, que te das cuenta de esas acciones que buscan un resultado en la mente del consumidor sin que el mismo se de cuenta (es decir, un resultado en el inconsciente).
Personalmente reconozco que a mi me pasa con las canciones publicitarias, sobre todo las de mi niñez y adolescencia. Pues tiendo a conectar las marcas con la nostalgia que me produce pensar en aquella época, y la marca adquiere un valor diferente en mi mente, que es justo lo que se pretende con este tipo de publicidad.
Y es precisamente como valoramos en nuestra mente las marcas el tema del que vamos a tratar hoy. Pues está comprobado que tendemos inconscientemente a elegir ciertos productos o marcas si estamos sometidos a un tipo de publicidad concreta. Además influyen otros factores ajenos a la publicidad, como puede ser la presión social o cultural con respecto a una marca. Allá por 2012 Starbucks vio como sus ventas descendían de manera escalofriante en el Reino Unido, cuando se conoció la ridícula cantidad de impuestos que pagaba alegando beneficios fiscales.
En el artículo de hoy vamos a hablar de neuromarketing, una técnica que lleva entre nosotros algún tiempo, pero que sin duda es relevante para las empresas. Pondremos como ejemplo el sector inmobiliario por la importancia que tiene en nuestro país y porque hoy en día (debido a la subida de precios) es difícil vender un piso por un buen precio.
Cómo funciona el neuromarketing
En primer lugar, debemos definir qué es el neuromarketing. Pues bien, según AulaCM, el neuromarketing es “la aplicación de ciertas técnicas de neurociencia al ámbito del marketing que analiza qué procesos mentales, tanto explícitos como implícitos, influyen en el comportamiento del consumidor”. Esta disciplina comunica la psicología y el marketing para ayudarnos a entender los motivos por los cuales los usuarios toman unas decisiones de compra u otras y porqué se eligen unos productos en lugar de otros similares entre sí.
Existen diferentes técnicas de neuromarketing que están relacionadas con la fisiología. Entre ellas destacamos el “eye tracking”, basado en la observación de los movimientos oculares del candidato; la electromiografía, que mide las reacciones de los músculos ante diferentes estímulos; o la medición del ritmo cardiaco, que mide la frecuencia cardiaca para detectar situaciones de rechazo o interés.
Pero lo que nos interesa de verdad son las estrategias de neuromarketing, y en específico aquella que apela a la parte emocional de nuestro cerebro, una parte importante a la hora de decidir comprar una vivienda. Y es que nuestro cerebro emocional nos da razones que pueden ocultar algunas reticencias a la hora de comprar.
Un claro ejemplo es cuando vamos a ver una vivienda localizada en la playa, pues simplemente por estar en la playa (si te gusta claramente), tendemos a quitarle importancia a elementos como los metros cuadrados o lo alejado que está de un núcleo urbano. Aquí el vendedor cuenta mucho, pues si se juega demasiado con esta técnica la mente consciente se dará cuenta y se generaran prejuicios para compra.
Además, no hay que confundir las técnicas de neuromarketing con la manipulación, esto es algo bastante importante. Solo los profesionales en el sector inmobiliario son capaces de aplicar estas técnicas de manera ética y adecuada. En mi caso, cuando quise comprar una casa en Denia (porque soy de los que ama la playa) acudí a Romer Playa, una inmobiliaria especializada en la venta de apartamentos en Denia capaz de utilizar técnicas de venta éticas y con un trasfondo real y sincero, en definitiva unos grandes profesionales.